domingo, 2 de diciembre de 2012

Arquitectura, el reto eterno

De Siza hemos leído que "el proceso de aprendizaje no termina, a no ser que termine la consciencia o que llegue la muerte". Esta es una de las maravillas de nuestra profesión. Te pasas la vida entera aprendiendo, y el aprendizaje con ya cierta edad deja de violentar y se convierte en disfrute, en superación, en crecimiento.
La Arquitectura es una disciplina tan amplia que siempre tienes ramales por los que desviarte y empezar a investigarlos con la emoción de un estudiante; por eso nunca tienes la sensación de estar de vuelta y media de todo, y eso te mantiene vivo laboralmente. Está claro que quienes escribimos esto somos todavía medianamente jóvenes, pero ya hemos tocado algunas especialidades y percibido lo inabarcable que puede llegar a ser.
Y en paralelo tenemos que reciclarnos constantemente aprendiendo nuevos programas, adaptándonos a distintas normativas, estudiando tendencias arquitectónicas… en fin, todo un canto al ejercicio cerebral.
Esta profesión te ofrece el reto de aprender eternamente y por tanto de no caer en la apatía; de aprender desde la emoción y el entusiasmo, de aprender de quien menos te lo esperas, de aprender sobre ella a través de la vida misma, de aprender.

Te hace sentirte vivo hasta el final, y eso es emocionante.


El reto de la arquitectura y de los arquitectos
Robert Doisneau
Information scolaire, Paris 1956







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