Hace unos años decidimos apostar por montar nuestro propio estudio, pero casi desde sus comienzos ha estado
acompañado de esta larga crisis que asola nuestro país. Como quien dice hemos
crecido con ella y no ha sido ni es fácil, pero aquí seguimos pensando y
trabajando cada día por un proyecto en el que creemos y que surge de un sueño.
Nos han
preguntado muchas veces si no preferimos trabajar para otros, o por qué no nos
vamos a países emergentes donde las oportunidades son infinitas. Y sí, quizá
sea mucho más fácil, pero a la vez me pregunto: ¿y si el reto es éste? ¿Y si
nuestro reto es llegar a consolidarnos como estudio dentro de un mercado copado
y sin apenas movimiento? ¿Por qué no? La perseverancia no garantiza el éxito,
pero si la juntas con grandes dosis de ingenio y cambias las reglas del juego
puedes generarte una oportunidad.
El domingo
pasado falleció el ilustre Filósofo Eugenio Trías, quien decía que
“las crisis, aunque atemorizan, nos
sirven para cancelar una época e inaugurar otra”.
El parón de
la Arquitectura ha contribuido a generar un período de reflexión, de
introspección y de vuelta a los orígenes del por y para la sociedad. El retorno a una Arquitectura dialogante.
Dialoguemos pues. Y también con nosotros mismos. Busquemos qué queremos. Y
soñemos. Y permitámonos soñar, porque los sueños son los motores del cambio.
Hace tiempo
soñamos con montar un estudio diferente, más humano, más cercano. Los caminos
no siempre son rectos, pero eligiendo bien la salida acabas llegando. Y en la
Arquitectura el camino es larguísimo, dura casi toda la vida, pero es un camino
bonito y en él estamos.
Me vuelvo a
preguntar: ¿podemos soñar es estos tiempos? ¿Por qué no? Vivo cada día sin la
certidumbre de un futuro mínimamente asegurado, sin duda una sensación incómoda
que me genera dolor de tripa de cuando en cuando, pero también me levanto cada
mañana con ganas e ilusión por lo que hago. Y eso no tiene precio.
Cristina _ACGP Arquitectura