miércoles, 30 de abril de 2014

Señorío de Arínzano: Diálogo y sobriedad

El Señorío de Arínzano, situado en el corazón de Navarra, acoge una bodega en la que el paisaje se impone frente al edificio icónico, una bodega que abraza y no compite, que respeta su entorno natural y sus preexistencias edificatorias de siglos pasados. Está formada por una serie de volúmenes sobrios que reúnen diseño y funcionalidad en su interior, pero es una sobriedad mucho más compleja de lo que apreciamos en un primer momento. 

Vista aérea del valle_Señorío de Arínzano_Chivite_Vino
Vista aérea del valle













El elemento icónico lo encontramos en la entrada de la finca con forma de arco, generando presencia e invitándonos a pasar dentro de un paraje natural privilegiado, un valle adornado con viñas y dividido por el río Ega. Su propiedad asciende a 355 hectáreas de las cuales 160 están dedicadas al cultivo de viñedos.

Pórtico de entrada_Señorío de Arínzano_Rafael Moneo_Arquitectura_Chivite
Pórtico de entrada























El río, escoltado por altos árboles en sus orillas, difumina las edificaciones y el paisaje vuelve a imponerse; un espacio protegido que constituye un rico hábitat natural y que goza de un microclima que favorece el cultivo de la vid. Arínzano es la primera propiedad del Norte de España que ha recibido el estatus de Pago (máxima categoría que contempla la legislación en materia vitivinícola, superior a la Denominación de Origen Calificada).

Viñas y nieve_Señorío de Arínzano_Chivite_Rafael Moneo
Viñas en el camino a la bodega

















Es en 1998 cuando la familia Chivite adquiere el Señorío y le encarga a Rafael Moneo el diseño de una bodega que plasmase la filosofía de la propiedad, integrando paisaje, arquitectura y vino. La bodega, que rodea y enmarca los tres edificios históricos existentes (la Torre Cabo de Armerías, S. XVI; La Casona, S. XVIII; y la Iglesia de corte neoclásica, construida a principios del siglo XIX), tiene unos 9.000 metros cuadrados de extensión. Está realizada con muros de hormigón abujardado y labrado que soportan cubiertas de madera con acabados de cobre.


La bodega está constituida por cuatro naves que tienen diversidad formal, según la función que desempeñan. La primera está destinada a la recepción de uva, su prensado y primera fermentación; tras ésta, en la segunda, tiene lugar la fermentación en barrica; la tercera, de 100 m de longitud por 16 de anchura, acoge las barricas para la crianza, y en la cuarta se encuentra el tren de embotellado. Se completa con un edificio de acceso a dos niveles que alberga las oficinas, la sala de catas -con un gran mirador hacia los edificios históricos- y zonas de almacenaje. 


Vista aérea de la Bodega_Señorío de Arínzano_Chivite_Rafael Moneo
Vista aérea de la Bodega


























Edificaciones preexistentes_Señorío de Arínzano_Chivite_Moneo
Vista panorámica de las edificaciones históricas












La sala de barricas es, bajo mi criterio, el espacio más interesante de todo el conjunto. Su cubierta de madera a dos aguas está sustentada por pilares en forma de árbol, entre cuyos brazos se encuentra alojada una pasarela elevada que permite una buena supervisión del conjunto. Es un lugar muy acogedor y bonito, a la vez que funcional. 


Pasarela Sala de Barricas_Señorío de Arínzano_Chivite_Rafael Moneo
Pasarela de la Sala de Barricas






















Sala de Barricas_Señorío de Arínzano_Chivite_Rafael Moneo
Sala de Barricas























En cuanto a los vinos, únicamente voy a hacer referencia a los menos famosos, quizá porque son los que más me han sorprendido. A pesar de que no soy muy amiga de los rosados, aquí he encontrado uno fermentado y criado en barrica de roble francés durante 6 meses que sorprende por su frescor y sus notas frutales, además de un color sedoso que genera curiosidad. Es un vino bastante singular con una producción limitada, y me encantó.

Mi segunda sorpresa fue el Moscatel de Vendimia Tardía 2008, un vino dulce con una crianza de 5 meses en barrica de roble francés. Su color dorado intenso y brillante invita a beberlo, y su boca no decepciona. Me pareció elegante, fino y equilibrado.

Cata de Vinos Chivite en Señorío de Arínzano
Cata de Vinos Chivite





















Expositor Sala de Catas_Señorío de Arínzano_Chivite_Vino_Moneo
Expositor de vinos en Sala de Catas




















El diálogo con los edificios preexistentes, su fusión con el contexto paisajístico y el viñedo anclado en su entorno hacen de esta bodega un buen ejemplo de una política empresarial en la que todo funciona de forma conjunta y equilibrada.

Rafael Moneo fue el primer arquitecto español que recibió el premio Pritzker de Arquitectura en 1996 y acaba de reibir, en 2012, el Príncipe de Asturias de las  Artes.

Fotos propias y facilitadas por la propia web de la bodega: http://www.arinzano.es

Cristina _ACGP Arquitectura

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