Otro año que se nos
escapa... y me debo estar haciendo mayor porque con el paso de los años el
tiempo ha adquirido una velocidad superior y últimamente cada Diciembre me
asombro de estar otra vez en él, ¡cual día de la marmota! Es cierto que es un
mes un tanto simbólico y con significados variados según creencias, nostalgias
o modos de vida...
Para mí, entre otras
cosas, Diciembre tiene una parte de cierre; es un cruce de frontera, un giro de
cabeza hacia atrás con revisión de lo vivido, lo conseguido y lo que no, pero
tras ese repaso de sensaciones unas campanadas de bienvenida abren un camino diferente
donde se pierde la vista y sobre el que depositamos, otra vez, unas cuantas
esperanzas. Cada Enero igual, a empezar de nuevo, o a seguir, pero con el
contador reiniciado simbólicamente.
Realizo esta última mirada y, al dirigirla hacia mi queridísima profesión, un montón de nombres
invaden mi cabeza: Edu, Euge, Alfonso, Ana, Álvaro, Amalia, Pilar, Marta, Daniel,
Paloma, Barry, Encarna, Carolina, Amado... Todos ellos han llegado a nosotros
con la idea de querer crear un espacio particular, uno con el que se
identifiquen y en el que quieran estar siempre. Un escenario deseado para sus vidas donde puedan desarrollarse y crecer, donde descansen del ajetreo cotidiano, y donde retomen fuerzas cada día. Nos han depositado su confianza, han
compartido con nosotros sus incertidumbres y expectativas, pero sobre todo sus
ilusiones, así que por todos y cada uno de ellos hemos trabajado a fondo para
que sientan en cada momento que su casa responde a sus esperanzas. Todo un trabajo conjunto
en el que el enriquecimiento ha sido mutuo. Lo hemos disfrutado y ojalá sigamos
haciéndolo siempre con esta misma emoción. Ese es mi deseo un año más.
A todos vosotros ¡gracias!
Cristina _ACGP Arquitectura
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